Una tarjeta revolving es una forma de crédito que permite a los usuarios realizar compras y pagarlas a plazos. La característica principal de estas tarjetas es que ofrecen la posibilidad de pagar solo una parte del saldo pendiente cada mes, mientras que el resto se acumula como deuda revolvente. Esto significa que el saldo pendiente no se paga en su totalidad, sino que se va acumulando mes tras mes.
¿Cómo funcionan? Son parecidas a una línea de crédito. Están diseñadas para qué las compras o retiros de efectivo que el usuario ejecute, se aplacen automáticamente. Esto permite hacer pagos sin importar la cantidad de dinero que tengas en tu cuenta asociada, ya que el dinero utilizado no se carga de inmediato en la cuenta, sino que se pospone para pagar más adelante, generalmente a fin de mes. En el caso de no poder devolver el importe utilizado, se genera una deuda pendiente de pago, sobre la que se aplicarán unos intereses.
Las tarjetas revolving son conocidas por aplicar intereses muy elevados, llegando incluso al 20% o 30% TAE. Esto ha generado cierta controversia en las decisiones judiciales, ya que se debate si estos intereses son abusivos, es decir, "notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado" según lo establecido por la ley contra la usura.
Además de los altos intereses, otro peligro de las tarjetas revolving es que, a medida que se va pagando la deuda, ese pago se suma al crédito disponible en la tarjeta. Esto puede llevar a un endeudamiento excesivo y a situaciones como el embargo. Por lo tanto, es crucial emplear estas tarjetas con precaución y responsabilidad para evitar consecuencias desastrosas.
Muchos ciudadanos españoles, frente a la abrumadora acumulación de deudas, sienten curiosidad acerca de las consecuencias de no realizar los pagos de una tarjeta revolving.
Es bien sabido que incumplir con las obligaciones financieras conlleva consecuencias negativas. En el caso específico de las tarjetas revolving, estas complicaciones se manifiestan a través del aumento significativo de los intereses, el bloqueo de la tarjeta, la inclusión en ficheros como ASNEF y, en situaciones más graves, las acciones judiciales por parte del banco, que pueden resultar en embargos de salarios y cuentas.
Es importante que la entidad financiera que emite la tarjeta brinde una explicación detallada de todas estas consecuencias, para que estés plenamente informado sobre lo que puede ocurrir en caso de acumular numerosos impagos.
Tarjeta bloqueada
Antes de imponer cualquier tipo de penalización, la entidad financiera procederá al bloqueo de la tarjeta, lo que impedirá ejecutar transacciones con la misma. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta medida no detendrá el aumento de los intereses, los cuales continuarán incrementándose hasta llegar a un acuerdo con el banco o pagar la deuda pendiente.
Aumento de los intereses
No realizar los pagos de una tarjeta revolving conlleva graves consecuencias, especialmente en términos del aumento desmedido de los intereses. Además de tener que hacer frente a las cuotas atrasadas y los intereses remuneratorios establecidos por el banco, se suman los intereses moratorios, que son los que se cobran por cada día de retraso en el pago. Estos intereses moratorios crecen con el tiempo y pueden generar una carga financiera aún más difícil de manejar. Es importante evitar llegar a esta situación para no generar mayores complicaciones económicas.
Ingreso en lista de morosos
Tal y como era de anticipar, el banco procederá a incluir en las listas de morosos como a aquellos clientes que tengan cuotas atrasadas en sus pagos. La seriedad de esta situación radica en que contar con un registro negativo supone el fin de la capacidad de acceder a créditos para muchas personas. En consecuencia, es probable que ningún banco apruebe nuevas solicitudes de crédito, o incluso, que se vea limitada la posibilidad de establecer contratos con entidades de suministros.
El acto de dejar de pagar una tarjeta revolving no debe ser tomado a la ligera. Solo se debe considerar cuando existen argumentos sólidos que respalden esta decisión.
Por ejemplo, si se sospecha que eres un afectado de tarifas abusivas. Si al analizar los pagos realizados se observa que han sido excesivos en comparación con el crédito utilizado, podría ser el momento de dejar de pagar la tarjeta y presentar una reclamación.
Es importante comunicar esta situación al banco antes de dejar de efectuar los pagos, para evitar posibles problemas futuros como ser reportado a ficheros de morosos. En caso de que esto ocurra, se puede realizar una reclamación justificando las razones.
Si deseas presentar una reclamación y cancelar el contrato de tu tarjeta para obtener un reembolso por los intereses pagados en exceso, hay dos posibles situaciones en las que podrías encontrarte:
Desde el 2 de enero de 2021, está en vigor una nueva normativa sobre tarjetas revolving que busca brindar mayor claridad y transparencia en su comercialización. Sin embargo, la mayoría de las entidades financieras continúan incumpliendo este acuerdo.
A pesar de esta nueva normativa, los contratos firmados anteriormente mantienen tasas de interés desproporcionadas, y la única forma de liberarse de la deuda perpetua que generan es cancelando el contrato.
Si sospechas que adquiriste una tarjeta sin haber sido informado claramente sobre sus condiciones y, a pesar de realizar los pagos mensuales, tu deuda no disminuye, es momento de tomar medidas. En Repagalia podemos ayudarte.
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