Actualizado con fecha 26/01/2023
En resumen, se reúnen deudas para reducir de manera considerable lo que se paga al mes, a costa de incrementar el plazo de amortización y, por tanto, el coste final de la operación debido a los intereses.
Esta forma de afrontar el pago de las deudas puede ser gestionada por empresas especializadas, denominadas mediadoras, que permiten unificar préstamos e hipotecas que se tengan con diferentes entidades bancarias, o con diferentes tipos de interés.
También se pueden reunificar las deudas a través de una entidad bancaria con la que se tengan la mayoría de préstamos o hipotecas pendientes.
Todo ello mediante un proceso para el que hay que cumplir unos determinados requisitos, y tiene unos gastos así como sus correspondientes ventajas e inconvenientes.
La reunificación de deudas es recomendable cuando el nivel de endeudamientos supera al de ingresos. Si se está en una situación económica que no permite asumir los pagos de las cuotas de los préstamos, refinanciar las deudas es una opción a tener presente.
Sin embargo, si se trata de un bache temporal, no es un producto aconsejable, siendo preferible buscar otras alternativas hasta superar el mal momento económico. La reunificación de deudas sólo debe ser solicitada como una solución a la incapacidad de pagos y no para ganar tiempo para liquidar los pagos pendientes.
Al solicitar la reunificación de deudas, se pueden juntar todo tipo de préstamos pendientes: Hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos personales, financiación del coche, micro-préstamos, créditos rápidos… Es posible reagrupar cualquier crédito, sin importar el tipo de interés ni el importe total adeudado.
Al reunificar las deudas se cancelan todos los préstamos, incluido el crédito hipotecario, y se recibe un nuevo contrato con un nuevo préstamo, con diferente interés y plazo de amortización. En el se unen, se suman, todos los gastos que implican la cancelación de los anteriores préstamos y establece un interés, cuota y plazo de devolución asequible al nivel económico.
Existen dos tipos la reunificación de deudas, con o sin hipoteca:
1.- Reunificación de deudas con hipoteca. Es el más conocido y generalmente más solicitado. Se unifican todas las cuotas, incluida la hipotecaria, en una sola. Este tipo de reunificación de deudas permite alargar el plazo de devolución hasta los 30 y 35 años.
Suele ser ofrecida por las entidades bancarias a un interés bastante competitivo, pero su proceso de gestión y tramitación es lento.
El importe total de la hipoteca nueva no podrá superar el 80% del valor del inmueble y, para concederla, una condición previa imprescindible es tener los pagos al día, sin atrasos.
El banco es el que se encarga de cancelar todos los préstamos y de la contratación de la nueva hipoteca.
2.- Reunificación de deudas sin hipoteca. Se unifican todas las cuotas en una sola, pero sin incluir el préstamo hipotecario.
Respecto a la anterior, tiene características bastante diferentes, puesto que el período de devolución es de entre 10 a 20 años, y es una modalidad ofrecida por entidades financieras no bancarias, que en ocasiones pueden solicitar un avalista o una propiedad como garantía.
Los siguientes son las condiciones y documentos necesarios para la consolidación de las deudas:
Copia del DNI o Pasaporte.
Copia de los últimos recibos de los préstamos: copia del recibo de la tarjeta, de la hipoteca, de la letra del coche…
Contrato laboral o las 3 últimas nóminas
Última declaración de la renta o IRPF
Si se solicita unificar las cuotas utilizando la propiedad como aval, se requerirá además la escritura de la vivienda y una tasación reciente.
Antes de reagrupar todas las deudas, es aconsejable seguir los siguientes pasos:
1.- Negociar con las entidades. Contactar con todas las entidades para alargar el plazo de devolución, solicitar una prórroga si fuera posible y en general informarse sobre las opciones viables para facilitar el pago de la deuda.
2.- Solicitar un período de carencia. Dicho período de carencia significa que durante un plazo determinado (suele ser hasta un máximo de 5 años) solo se pagan intereses, con lo que el pago mensual se reduce.
3.- Ampliar la hipoteca. Solicitar al banco la ampliación del plazo de la hipoteca. De esa forma se reducen los intereses, pero habrán de pagarse otros por la novación, es decir por el cambio de las condiciones del contrato.
4.- Cambiar de banco. Comparar los intereses de los bancos según las hipotecas y cambiar de entidad bancaria. Es la conocida como subrogación.
Es aconsejable acudir primero a la entidad con quien se tiene más endeudamiento, que suele ser el banco con quien se tiene la mayor deuda: la hipoteca.
Pero antes de todo ello hay que tener en cuenta que si se está incluido en Asnef (la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), los bancos no podrán ofrecer reunificación alguna de las deudas.
Reunificar deudas no es lo mismo que la refinanciación de deuda. Reunificar deudas significa agrupar todos los préstamos que tiene una persona en uno solo. Es una operación financiera muy sencilla a través de la cual se consigue pagar una única cuota mensual. Y la diferencia entre los dos conceptos radica en que la reunificación implica que exista más de una deuda para que puedan ser agrupadas. En cambio, la refinanciación se puede aplicar a una solo cuota.
Aún así, su objetivo final es el mismo: conseguir que la cuota para devolver la deuda sea menos elevada y a través de ello conseguir un mayor control de la economía personal o familiar.
El Procedimiento de la Ley de Segunda Oportunidad es una herramienta que pueden utilizar tanto los particulares como los autónomos y les es de gran ayuda a la hora de dejar atrás una situación financiera difícil. El plan de pagos, es uno de los elementos esenciales en la Ley de Segunda Oportunidad. Se trata de un instrumento cuyo objetivo es la reestructuración y reunificación de la deuda, conforme a unas condiciones que permitan al deudor, hacerse cargo de las mismas de una forma más cómoda.
Este plan de pagos puede tener una duración de 3 o 5 años, tiempo máximo para pagar la totalidad de la deuda recalculada, siendo de obligado cumplimiento para el deudor, que de esta manera ve reestructurada su deuda.
Debes tener claro que la ley de segunda oportunidad es un procedimiento jurídico y no tiene que ver con un acuerdo que hagas individualmente con tus acreedores.
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