Si no tienes conocimientos financieros, puede que no tengas la información suficiente sobre qué es la deuda o los tipos que hay. Es un concepto que todos deberíamos conocer por si nos vemos envueltos en deudas para saber a qué nos enfrentarnos y qué es lo que debemos hacer si se diera el caso. Por lo que, a continuación, vamos a pasar a detallar lo que es la deuda y los tipos de deuda que existen. ¡Toma nota de todos los detalles para que no se te escape nada!
La deuda es aquella obligación que adquiere una persona física o jurídica para cumplir con los compromisos de pago, derivado del ejercicio de una actividad económica. La emisión de deuda tiene como finalidad principal, la búsqueda de financiación, el problema suele darse cuando el coste de la financiación es más caro porque los inversores consideran que la compra tiene más riesgos, derivados por la devolución de la deuda (solvencia), por lo que se exige más rentabilidad a través de la prima de riesgo. Por lo que se puede decir que no será lo mismo, en lo referente a la seguridad, la emisión de un bono del estado alemán que la de un bono de una empresa pequeña, que no cotice en el mercado, esto es lo que se conoce como private equity.
A la hora de clasificar la deuda, podemos hacerlo en un primer momento, dividiéndolas en cuatro tipos: consumo, inversión, subsistencia y hormiga. A continuación, vamos a pasar a detallar en qué consisten cada una de estas cuatro deudas.
Vamos a empezar a detallar la primera clase es la de consumo. En esta ocasión, se trata de los compromisos financieros que adquirimos cuando se compran bienes, servicios o productos, que con el paso del tiempo pierden su valor original, y que ninguna forma, estas deudas nos produce algún beneficio –si hablamos de dinero-. Para conocer de qué se trata este tipo, vamos a detallar algunos los ejemplos, como serian la compra de: un automóvil; calzado o ropa; viajes; o cualquier tipo de electrodoméstico como una lavadora o una nevera, entre otros. Por lo que cuando utilizamos nuestras tarjetas de crédito o solicitamos un préstamo para comprar este tipo de productos, lo que adquirimos es una deuda por consumo.
Ahora bien, dentro de este tipo de deuda, existen diferentes tipos de deuda por consumo: garantizada y no garantizada, y según la forma de pago, pueden ser: deudas en cuota o deuda rotativa. La deuda garantizada se daría cuando existe un bien o artículo como garantía de pago, y en el caso de impagos, la entidad financiera podría exigir esos bienes como forma de pago. Por el contrario, la no garantizada no estaría respaldada por ningún activo, pero en el caso de impagos, sí podrían recurrir a instrumentos legales, como multas o demandas civiles. Mientras que, según la forma de pago, en la deuda en cuotas, se establece una cuota fija que se va cancelando mensualmente, hasta que se salda por completo el compromiso económico. Por otra parte, la deuda rotativa, no es fija y permite un endeudamiento continuo, mientras se cancele el importe mínimo.
Este tipo de deudas se contraen cuando al adquirir una deuda con alguna entidad para adquirir bienes, estos con el paso del tiempo pueden ver aumentado su valor o generarnos ingresos. Por ejemplo, serían deudas de inversión los créditos para abrir un negocio, préstamos para educación o créditos para comprar propiedades, entre otros. Este tipo de deuda, nos proporciona una gran ventaja y es que al final nos dará rendimientos, por lo que, con el tiempo, más que una deuda, es una inversión.
Desde otra perspectiva totalmente distinta, otro tipo de deuda que podemos tener, es el de subsistencia. En este caso, se adquiere este tipo de deuda cuando se solicitan préstamos que van destinados a pagar los compromisos económicos de las necesidades básicas. Algunos de los ejemplos en los que se pueden dar deuda de subsistencia son los siguientes: pago de vivienda, alimentación, servicios básicos como luz, agua, gas, telefonía, salud, entre otros. Para este tipo de productos o servicios, las deudas de subsistencia cuentan con intereses muy costosos o altas comisiones.
Seguro que has escuchado en alguna ocasión algo referente al gasto hormiga, y es aquel que parece tan insignificante, que no le prestamos atención pero que, al unir todos los gastos, puede suponer una salida constante, y, además, no tan pequeña como podíamos pensar. ¿Cuándo se adquiere este tipo de deuda? Se produce cuando tenemos que usar la tarjeta de crédito, pedir un préstamo a un banco o algún allegado, y al ser pequeños gastos, casi sin darnos cuenta, adquirimos lo que se conoce como deuda hormiga.
Es imposible poder prever ciertos imprevistos que al final, nos llevan a solicitar ciertos préstamos o créditos, que, en un primer momento, no nos planteábamos, por lo que hay que tener en cuenta todo lo que supone para salir lo mejor posible de los compromisos económicos que adquirimos con las diferentes empresas o entidades financieras. Como consejo, y para evitar posibles deudas futuras, se recomienda establecer un presupuesto y tratar de no salirse de las líneas establecidas para no contraer deudas que serán difíciles de solventar. Y, en el caso, de que surjan gastos de urgencia, analiza tus gastos e ingresos para conocer tu capacidad de pago antes de adquirir una nueva deuda.
Por último, si ya cuentas con deudas pendientes a las que no puedes hacer frente de ningún modo, no te agobies e intenta buscar posibles soluciones, ya que no todo está perdido, aunque poco conocido en España, se cuenta con un procedimiento legal como la Ley de Segunda Oportunidad, a través del cual, se puede conseguir la reducción de la deuda o la cancelación del 100% del compromiso económico adquirido.
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