Todos hemos estado en esa situación en la que sabemos que deberíamos dejar de gastar dinero, pero simplemente no podemos resistirnos. Es especialmente grave cuando las deudas se acumulan. Y aunque rara vez lo admitamos, a menudo nos encontramos inventando excusas para justificar nuestros gastos excesivos.
Para muchas personas, dejar de gastar dinero puede resultar sumamente complicado. Existen diversas razones que pueden llevar a esta dificultad, como la falta de control sobre los impulsos de compra, la necesidad de satisfacer deseos inmediatos o la creencia de que el dinero puede brindar la felicidad. Sin embargo, es importante destacar que, con esfuerzo y ayuda, se puede lograr un equilibrio financiero.
Una de las justificaciones más frecuentes es la de “me lo merezco”. Nos decimos a nosotros mismos que hemos trabajado duro y que nos merecemos un capricho. Y sí, es cierto que todos merecemos disfrutar de las cosas buenas de la vida, pero cuando estamos endeudados, es importante priorizar y pensar en nuestro futuro financiero.
Otra excusa que solemos utilizar es la de “todos lo hacen”. Nos engañamos a nosotros mismos pensando que si todos los demás están gastando sin control, entonces está bien que nosotros también lo hagamos. Pero la realidad es que no debemos basar nuestras decisiones de gasto en lo que hacen los demás. Cada uno tiene su propia situación financiera y debemos ser conscientes de la nuestra.
También sale esa voz en nuestro interior que intentando justificar una compra nos dice “mañana lo arreglaré”. Nos convencemos de que podemos gastar ahora y luego encontrar una manera de pagar nuestras deudas más adelante. Pero aplazar nuestros problemas financieros solo empeora las cosas a largo plazo. Es importante ser realistas y enfrentar nuestras deudas, en lugar de postergar las consecuencias. Este tipo de justificación no te ayuda a resolver tus problemas financieros.
Si justificamos nuestros gastos excesivos y seguimos gastando más de lo que podemos permitirnos, las consecuencias no tardarán en llegar. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen:
Deudas acumuladas: Si continuamos gastando más de lo que ganamos, es inevitable que acumulemos deudas. Esto puede llevarnos a estar atrapados en un ciclo de pagos e intereses que nunca acaba.
Estrés y ansiedad: El hecho de tener deudas y no poder controlar nuestros gastos puede generar un gran estrés y ansiedad en nuestra vida. Constantemente nos preocupamos por cómo vamos a pagar nuestras facturas y esto puede afectar nuestra salud mental y emocional.
Falta de ahorros: Cuando gastamos más de la cuenta, es difícil ahorrar dinero. Esto significa que no tendremos un fondo de emergencia para situaciones inesperadas, como una reparación del coche o un electrodoméstico estropeado. Esto nos deja vulnerables y sin una red de seguridad financiera, que puede adentrarnos en el mundo de los préstamos rápidos.
Limitaciones en nuestras metas y sueños: Si gastamos todo nuestro dinero en cosas innecesarias, no podemos invertir en nuestras metas y sueños a largo plazo. Ya sea comprar una casa o viajar. Además, cuando nos acostumbramos a gastar más de lo que podemos permitirnos, nos volvemos dependientes de ese estilo de vida y nos cuesta mucho cambiar nuestros hábitos. Nos acostumbramos a tener cosas materiales y placeres instantáneos, pero nos olvidamos de pensar en nuestro futuro y en nuestras metas a largo plazo.
Nos engañamos a nosotros mismos porque queremos mantener nuestro estilo de vida y disfrutar de las cosas que nos gustan, inventando pretextos para seguir gastando dinero, aunque eso signifique acumular más deudas. También puede ser difícil enfrentar la realidad de nuestras finanzas y aceptar que necesitamos hacer cambios en nuestra forma de gastar. Muchas veces nos dejamos llevar por la presión social y nos preocupamos por lo que los demás piensan de nosotros si reducimos nuestros gastos. En definitiva, nos engañamos a nosotros mismos.
Aquí te presento cinco consejos prácticos que te ayudarán a dejar de justificar el gasto excesivo y a tomar el control de tus finanzas:
Analiza tus necesidades y prioridades: Antes de realizar cualquier compra, tómate un momento para reflexionar sobre si realmente necesitas ese artículo o servicio. Haz una lista de tus necesidades básicas y establece tus prioridades financieras. Al tener claridad sobre lo que realmente necesitas, será más fácil resistir la tentación de gastar en cosas innecesarias.
Crea un presupuesto realista: Elabora un presupuesto mensual que refleje tus ingresos y gastos. Asigna una cantidad específica para cada categoría, incluyendo el pago de tus deudas. Al tener un presupuesto claro, podrás visualizar tus gastos y ajustarlos según tus posibilidades. Esto te ayudará a evitar justificar gastos innecesarios y a mantener un control más efectivo sobre tus finanzas.
Establece metas financieras a corto y largo plazo: Define metas financieras claras y realistas que te motiven a ahorrar y a controlar tus gastos. Puede tratarse de un viaje, comprar una casa o pagar tus deudas. Al tener metas claras, tendrás un propósito que te ayudará a resistir la tentación de gastar en cosas superfluas.
Busca alternativas más económicas: Antes de realizar una compra, investiga y compara precios en diferentes establecimientos o en Internet. Busca promociones, descuentos o productos similares que sean más económicos. Además, considera la posibilidad de comprar productos de segunda mano o intercambiar artículos con amigos o familiares. Al buscar alternativas más económicas, podrás reducir tus gastos sin tener que renunciar a tus necesidades o gustos.
Busca apoyo y mantén la disciplina: Comparte tus metas y desafíos financieros con personas de confianza, como amigos o familiares. El apoyo y la motivación de quienes te rodean pueden ser fundamentales para mantener la disciplina en tus gastos. Además, evita las tentaciones que puedan surgir, como visitar tiendas o páginas web de compras cuando no sea necesario. Mantén el enfoque en tus metas financieras y recuerda que pagar tus deudas es una prioridad para mejorar tu situación económica a largo plazo.
Déjate asesorar por expertos: Buscar apoyo financiero y la asesoría de expertos en deuda es relevante para superar problemas financieros. Estos profesionales evaluarán tu situación, ofrecerán soluciones personalizadas y te guiarán en la gestión de tus deudas. Además, te brindarán tranquilidad emocional al saber que estás tomando medidas concretas para resolver tus problemas financieros. No dudes en buscar ayuda, ya que te permitirá tomar el control de tus finanzas y trabajar hacia una situación económica más saludable. Desde Repagalia, podemos ayudarte a reunificar tus deudas en una sola cuota. Se trata de una solución muy efectiva para aquellas personas que tienen muchas deudas y están luchando por hacer frente a los pagos mensuales. Al consolidar todas las deudas en un pago único, puedes obtener una serie de beneficios, como una cuota mensual más baja, una simplificación de pagos y un mejor control financiero.
El proceso de reunificación de deuda implica evaluar tus deudas, establecer un presupuesto realista a tus capacidades económicas, negociar con tus acreedores y consolidar tus deudas en una sola. Es importante contar con profesionales que puedan asesorarte para encontrar la opción que mejor se adapte a tus necesidades.
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