La Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo legal que permite que las personas físicas, particulares y autónomos, que se encuentran en una situación de insolvencia económica, tengan una segunda oportunidad y puedan empezar de cero.
Si te acoges a la LSO puedes exonerarte del 100% de tus deudas pendientes, de manera legal y efectiva. El Gobierno de España diseñó esta ley en el año 2015 con el objetivo de dar una nueva vida a las personas sobre-endeudadas. Desde septiembre de 2022, tras la última reforma el deudor tiene derecho a conseguir la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI) o lo que es lo mismo, a cancelar todas sus deudas, incluso con la Hacienda Pública y con la Seguridad Social, sin poner en riesgo sus bienes.
A continuación te mostramos las deudas que puedes cancelar mediante esta ley:
Podrán solicitar la Ley de la Segunda Oportunidad solo los deudores en situación de insolvencia, que han actuado de buena fe y sin malas intenciones. Para demostrarlo, deberán cumplir una serie de requisitos:
En nuestra web puedes encontrar más detalles acerca de los requisitos de la ley de segunda oportunidad.
Actualmente, con la última reforma de 2022, ya no es necesario que el deudor invierta todo su patrimonio en pagar sus deudas, puesto que puede realizar un plan de pagos y conservar su vivienda habitual y sus activos empresariales.
Según dice la ley, el deudor podrá mantener su vivienda habitual siempre que se elabore un plan de pagos para satisfacer parte de la deuda no cancelada. Dicho plan de pagos podrá tener una duración de hasta cinco años sin intereses.
El proceso de segunda oportunidad comienza con la solicitud dirigida al Juzgado Mercantil, sea el deudor autónomo o particular. El contenido de la solicitud debe ser detallado y claro sobre la situación personal del deudor, el cumplimiento de los requisitos, el tipo de insolvencia y los ingresos disponibles.
Tramitada la solicitud, se inicia la fase judicial donde el deudor podrá elegir entre la exoneración con liquidación de activo o sin liquidación pero con plan de pagos.
Ambas modalidades son intercambiables, ya que el deudor que haya obtenido una exoneración provisional con plan de pagos puede dejarla en cualquier momento sin efecto y solicitar la exoneración con liquidación.
La Ley de la Segunda Oportunidad es una herramienta muy útil para aquellas personas que quieren eliminar sus deudas sin perder su vivienda habitual, siempre y cuando se lleve a cabo correctamente.
El plan de pagos es un instrumento regulado en la Ley Concursal y se adapta a la situación particular de cada persona, buscando por una parte hacer un esfuerzo por pagar una parte de las deudas contraídas, al tiempo que permite la cancelación de aquellas deudas que no se van a poder pagar.
Por lo tanto, se busca un compromiso entre pagar la mayor parte posible de las deudas contraídas y una reducción de carga financiera para no ahogar al deudor, cuya situación financiera de facto le impide cumplir con los compromisos de pago adquiridos.
Este plan de pagos tendrá una duración de tres años, aunque puede ser ampliado hasta cinco, si no se ejecuta la vivienda del deudor o cuando los pagos dependan de la evolución futura de los recursos e ingresos del mismo.
Una vez finalizado el plan de pagos, si el deudor ha cumplido con sus compromiso, la deuda será eliminada de forma definitiva.
Es decir, el deudor tiene ahora mayor protección de la vivienda. Todo un alivio para aquellas personas que quieren eliminar sus deudas sin perder la vivienda habitual. Cabe recordar que, cuando se quiere preservar la vivienda, es importante tener al corriente de pago la hipoteca para poder lograr los objetivos.
Tener una hipoteca no es ningún impedimento a la hora de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, pero sí es muy importante tener en consideración esta deuda para enfocar el caso según tus objetivos. Si tienes una hipoteca, puede ocurrir que:
Dependiendo de cada caso particular, será mejor llevar a cabo unas acciones u otras. Por este motivo, es importante estar siempre acompañado de un asesor que lleve a cabo la estrategia jurídica más adecuada.
El proceso de la Ley de Segunda Oportunidad puede durar entre unos pocos meses hasta un máximo de 18 meses, dependiendo de la situación de cada persona y de la complejidad del caso. Es importante destacar que no es un procedimiento automático y requiere de un análisis y estrategia jurídica adecuada para garantizar su éxito.
En cualquier caso, acogerse a esta ley siempre tiene ventajas:
Con la Ley de la Segunda Oportunidad, las deudas se cancelan para siempre. La sentencia judicial otorga el perdón de las deudas y los bancos y acreedores ya no pueden volver a reclamar ese dinero nunca más.
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