Una notificación judicial consiste en un procedimiento por el cual un juez se encarga de transmitir cierta información relevante a una persona. Generalmente, se trata de una orden o una resolución. Y muchas veces tiene que ver con incumplimientos o deudas.
Este documento escrito tiene la finalidad de dar una noticia a la persona interesada. Generalmente, nos referimos a una notificación emitida por un juzgado, pero también pueden ser emitidas por organismos administrativos como la Agencia Tributaria. Es muy común que una notificación judicial informe sobre citaciones, avisos de embargo, desalojos, entre otros asuntos.
Aunque tanto las cartas como las notificaciones son documentos escritos, existen diferencias importantes entre ambas. Mientras que una carta puede ser un escrito de carácter general o personal, una notificación es un documento oficial que tiene un propósito específico y requiere una respuesta, está regulada por la ley.
A veces, es frecuente confundir los términos de notificación, emplazamiento y requerimiento. Las comunicaciones del juzgado siempre son por escrito y hay diversos tipos de resolución.
Además de las conocidas sentencias y autos, que son resoluciones motivadas que ponen fin o no a un procedimiento, también existen otras comunicaciones de nivel inferior que suelen ser las primeras noticias que recibimos en casa sobre un proceso judicial:
El emplazamiento judicial se emite cuando se produce una citación judicial o nos otorga un plazo para que acudamos a su sede o al servicio de notificaciones y realicemos una determinada acción.
El requerimiento judicial es una resolución del juzgado en la que se nos ordena, en virtud de un artículo de la ley específico, que acatemos una determinada conducta. Este procedimiento puede ser tanto para llevar a cabo una acción específica como para abstenernos de hacer algo en particular.
Por ejemplo, es posible que recibas una notificación judicial relacionada con una deuda pendiente. En estos casos, se trata de un proceso legal en el cual se te informa oficialmente sobre la existencia de dicha deuda y las posibles acciones legales que se tomarán si no se resuelve.
Recibir una notificación judicial por deuda indica la existencia de obligaciones pendientes y la posibilidad de acciones legales en tu contra. Se trata de un procedimiento de carácter judicial que tiene como objetivo la reclamación de una deuda económica, y que habitualmente se realiza a través del proceso monitorio.
Para iniciar una demanda judicial por impago, es necesario que la deuda cumpla con ciertos requisitos específicos:
Los pagos de la deuda deben ser en forma dineraria.
Solo se pueden reclamar las deudas que hayan vencido en términos de plazo de pago, es decir, aquellas que ya deberían haber sido pagadas y no las que están programadas para el futuro.
La deuda debe ser completamente exigible, es decir, no debe estar sujeta a ninguna condición o contraprestación adicional para ser considerada válida en el proceso judicial.
La deuda debe ser claramente determinada, con una cantidad de dinero específica y fija. Debe ser una cantidad líquida y no estar sujeta a interpretaciones o cálculos adicionales.
El proceso judicial de reclamación de deudas comienza cuando la entidad acreedora, ya sea un particular, autónomo o empresa, presenta una demanda judicial por impago. Esto ocurre cuando el deudor no cumple con sus obligaciones de pago según lo acordado en el momento de formalizar el acuerdo.
Inicialmente, se suele intentar resolver la situación a través de una reclamación previa. En este escrito se busca exigir el pago o negociar un acuerdo sin recurrir a la vía judicial. Se deben incluir detalles como la identidad del deudor, los domicilios del acreedor y deudor, una explicación de cómo se originó la deuda, el motivo y la cantidad adeudada, y documentación que respalde la existencia de la deuda.
Si no se logra un resultado satisfactorio, el acreedor presenta la demanda judicial por impago en el Juzgado de Primera Instancia de la localidad del deudor. En esta etapa, el deudor puede optar por pagar la deuda o negar su existencia.
Si el deudor se niega a pagar, el proceso pasa a la vía judicial. El Juzgado de Primera Instancia entrega la demanda al deudor, quien tiene 20 días para realizar el pago. En este punto, pueden ocurrir tres escenarios: el deudor paga y el proceso se archiva, el deudor no paga ni comparece y el acreedor puede solicitar la ejecución de la deuda mediante el embargo de bienes o cuentas del deudor, o el deudor se opone al pago.
Las notificaciones judiciales son muy importantes en el sistema de justicia. Estos avisos establecen una comunicación oficial entre la persona que las recibe y el tribunal. Sin embargo, a veces es difícil entregar estos documentos, especialmente si la persona no ha actualizado su dirección.
Las notificaciones judiciales se realizan mediante un acuse de recibo, lo que significa que se entregan personalmente en el domicilio de la persona. Para recibir la notificación, la persona afectada deberá presentar su documento de identificación (DNI) al momento de la entrega. En caso de que la persona no se encuentre en su domicilio, el juzgado dejará una notificación de entrega y se le requerirá que acuda a la oficina de correos más cercana para recogerla.
Evitar la responsabilidad de recoger una notificación judicial puede tener implicaciones legales. En caso necesario, el juzgado puede contratar a un investigador privado o solicitar que se realice una notificación a través de una publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En este último caso, se considerará que has sido informado, aunque no hayas recibido la notificación personalmente.
Es un error pensar que si no se recibe una notificación, se pueden evitar las responsabilidades legales asociadas a ella. De hecho, el tribunal puede emitir una sentencia incluso si la persona no se presenta. Estas sentencias, conocidas como “sentencias en ausencia”, tienen la misma fuerza que cualquier otra sentencia y deben ser cumplidas. Después de que el día de la citación haya pasado sin que el acusado se presente, el juicio continuará sin que pueda defenderse. De acuerdo a la legislación, las multas económicas por no acudir a la citación podrán ir desde los 200 euros a los 2.000 euros.
En el caso de una notificación judicial por deuda, es importante mencionar el procedimiento monitorio. Este procedimiento es una vía rápida y eficiente para reclamar deudas monetarias. Si la persona demandada decide no presentarse a un juicio monitorio de manera expresa y sin una justificación válida, se considerará que la demanda es válida y se condenará a la persona al pago del importe reclamado en el juicio. Esto ocurrirá siempre y cuando se pueda demostrar la existencia de la deuda en cuestión. Además de lo mencionado anteriormente, se llevará a cabo una investigación sobre el demandado con el fin de localizar todos los bienes que pueda poseer. Esto se hace con el propósito de tomar medidas legales, incluso un embargo judicial sin notificación de sus bienes, en caso de que el demandado no cumpla con el pago que le corresponde.
Cuando te mudas a una nueva dirección, es importante cumplir con la obligación legal de informar al juzgado. Esto es especialmente relevante si te encuentras en medio de un proceso judicial, si tienes que cumplir con trabajos en beneficio de la comunidad debido a una sentencia que has recibido, o en cualquier otra circunstancia en la que el juzgado deba estar al tanto de tu cambio de domicilio.
Para actualizar tu dirección, simplemente debes acudir al juzgado más cercano y proporcionar la nueva información de tu domicilio. Es un trámite sencillo, pero importante para asegurarte de que el juzgado tenga la información correcta y pueda comunicarse contigo de manera adecuada.
Antes de encontrarte con una notificación judicial por un procedimiento monitorio o un juicio debido a tus deudas, puedes buscar ayuda a Repagalia. Nuestros expertos estudian tu caso para ofrecerte la mejor solución a tus deudas.
Ofrecemos servicios de reunificación de deudas, que te permite agrupar tus préstamos en un único pago mensual, al tiempo que nuestros profesionales negocian con las entidades acreedoras para conseguir descuentos sobre tu deuda.
En función del importe adeudado y el cumplimiento de los requisitos exigidos, también puedes acogerte a la Ley de Segunda Oportunidad para exonerar el 100% de tus deudas y empezar una nueva vida libre de deudas.
Analizamos tu caso y diseñamos tu plan de ahorro sin compromiso
Quiero mi plan