La Ley de Segunda Oportunidad es un proceso legal que permite que personas físicas y autónomos en situación de insolvencia cancelen sus deudas de forma total o parcial. Esta legislación entró en vigor el 30 de julio de 2015 y, tras la última reforma introducida en septiembre de 2022, permite la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI) sin poner en riesgo los bienes del deudor.
Para poder acogerse a la ley de Segunda Oportunidad hay que cumplir con una serie de requisitos:
• El deudor debe ser insolvente.
• El deudor debe haber obrado de buena fe.
• No haber sido condenado por delitos socioeconómicos o patrimoniales en los últimos diez años.
• Aceptar ser incluido en el Registro Público Concursal, para que aquellos acreedores que tengan interés legítimo puedan averiguar la situación en la que se encuentra el deudor.
• No haberse acogido a esta ley en los últimos cinco años.
Es un procedimiento pensado para que aquellas personas que no pueden hacer frente a sus obligaciones de pago, puedan empezar una nueva vida desde cero. Es decir, ofreciéndoles una segunda oportunidad, y como todo procedimiento tiene sus pros y sus contras que podrás ver en el siguiente enlace.
Hasta hace poco, los autónomos que enfrentaban la insolvencia se encontraban en una situación complicada, ya que sus deudas podían poner en peligro tanto su patrimonio personal como su empresa. Sin embargo, la nueva reforma promete una solución a este inconveniente al permitir que los autónomos conserven sus activos empresariales al entrar en concurso de acreedores, sin la necesidad de liquidar todos sus bienes.
¿Cómo funciona? La clave está en la exoneración parcial con plan de pagos, que no exige la liquidación previa del patrimonio del deudor, lo que significa que tu patrimonio personal ya no será puesto en venta para cubrir las deudas. Esto representa un cambio sustancial, ya que anteriormente un autónomo respondía con todos sus bienes, presentes y futuros, por sus deudas.
Otra de las reformas introducidas también beneficia a los propietarios de un negocio, ya que podrán cancelar por ley sus deudas con la Hacienda Pública y la Seguridad Social.
Si estás considerando acogerte a la Ley de Segunda Oportunidad para mantener tu negocio, es importante que conozcas las exigencias que esta ley establece. Estas son algunas de ellas:
Según la RAE una persona insolvente es aquella que “no tiene con qué pagar”. Teniendo en cuenta esta definición podemos llegar a la conclusión de que si tenemos ingresos no se podría denominar insolvencia, sin embargo, no es así.
El concepto se aclara más en el Texto Refundido de la Ley Concursal:
«La insolvencia podrá ser actual o inminente. Se encuentra en estado de insolvencia actual el deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles. Se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor que prevea que dentro de los tres meses siguientes no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones »
El salario de una persona no es el único factor a tener en cuanta para determinar si puede solicitar la condonación de sus obligaciones de pago. La capacidad de pago debe ser estudiada en cada caso, considerando el resto de gastos familiares y personales de la persona. Por lo que aunque cuentes con ingresos, este no es un motivo para no acogerte a la Ley de la Segunda Oportunidad, si no puedes pagar tus deudas.
El proceso de la Ley de Segunda Oportunidad puede durar entre unos pocos meses hasta un máximo de 18 meses, dependiendo de la situación de cada persona y de la complejidad del caso. Es importante destacar que no es un procedimiento automático y requiere de un análisis y estrategia jurídica adecuada para garantizar su éxito.
En cualquier caso, acogerse a esta ley siempre tiene ventajas:
- Quedas libre de deudas; es decir, se cancelan las deudas para empezar de cero
- Suspensión del pago de deudas y cuotas mensuales a todos los acreedores
- La paralización inmediata de los intereses y recargos devengados
- Interrupción de embargos y ejecuciones
- Mantener los bienes y la vivienda habitual del deudor
- Cancelar hasta 20.000 euros de deudas públicas (10.000€ con Hacienda y otros 10.000€ con la Seguridad Social)
Posibilita salir de los ficheros de morosos y dejar de recibir llamadas de acoso de los acreedores
¿Se cancelan las deudas para siempre?
Con la Ley de la Segunda Oportunidad, las deudas se cancelan para siempre. La sentencia judicial otorga el perdón de las deudas y los bancos y acreedores ya no pueden volver a reclamar ese dinero nunca más.
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